El petróleo es la bendición más grande
que ha recibido nuestro País (Venezuela) porque de eso vivimos, de allí se
deriva nuestra posibilidad de futuro ya que esos Recursos dan viabilidad prácticamente
a todo los proyectos que se desarrollan en el País de eso no hay duda y hablar
en contrario es simplemente hablar tonterías porque una palanca donde se apoye
el Desarrollo inmediato de nuestro País igual que la de la Industria Petrolera
simplemente no la hay, sin embargo debo decir que mí visión en relación a este
punto NO ES LA DE PENSAR QUE SE TRATA DE UN PAIS MONOPRODUCTOR Y QUE POR TANTO
SU ECONOMÌA ES FRAGIL ese cuento ya es antiguo porque en Venezuela se
desarrollo un Esquema de Negocios Petroleros que obviamente han mejorado la visión
y perspectiva del Negocio con vistas al futuro porque no sólo producimos petróleo
sino que estamos en el negocio de los Derivados y eso es bastante
importante(Industria Petroquímica) porque NO ES LO MISMO UN BARRIL DE PETROLEO
, QUE UN BARRIL DE GASOLINA, ni de sus derivados entonces es obvio que el
PETROLEO PARA VENEZUELA ES UNA BENDICION esto lo aclaro porque hay aves
agoreras que siempre ven a esta riqueza maravillosa como un MAL QUE NOS TOCO
VIVIR y eso simplemente es una Falacia EL PETROLEO ha significado para
Venezuela Progreso y Desarrollo porque TODOS LOS GOBIERNOS QUE HEMOS TENIDO HAN
PODIDO DESARROLLAR PROYECTOS DE INFRAESTRUCTURA GRACIAS A LOS INGRESOS DE
PETROLEO, a las Pruebas me remito por ejemplo: El Metro de Caracas, El Sistema
de Autopistas de la Capital , Carreteras y Autopistas Nacionales, Sistema de
Orquestas Nacionales, Edificaciones extraordinarias como: Parque Central, Urbanización
Juan Pablo II, El Poliedro, Los Estadios Deportivos , Universidades, Sistemas
de Becas Gran Mariscal de Ayacucho, El Tubo de Agua que conecta a Margarita con
Tierra Firme, El Puente Sobre El Lago en Maracaibo y así también la Inversión
Privadas los Grandes Centros Comerciales, etc. nuestro País se ha construido en
base al Petróleo y esta realidad no cambiará en mucho tiempo o es que no han
visto los Precios Internacionales del Barril del Petróleo, estamos en plena
Bonanza Petrolera y lo que hay que hacer es aprovecharla estoy de acuerdo con
los nuevos proyectos por ejemplo Metro de Maracaibo, Metro de Valencia, Metro
de Los Taques, Carreteras y autopistas Nuevas, Sistema Nacional de
Ferrocarriles, esto es de radical importancia para el futuro de nuestro País,
entonces la Importancia del Petróleo para nuestro País está demostrada, éste
Proceso hizo que Petróleos de Venezuela S.A. PDVSA aparezca directamente
señalada en la letra de la Constitución Nacional por lo cual YA NO SE PUEDE
PRIVATIZAR NUESTRA INDUSTRIA PETROLERA digo por mí parte GRACIAS A DIOS porque más
de uno pensó por su beneficio personal venderla y eso si que es Malo porque
Venezuela & Petróleo Juntos ofrecen Futuro a los Venezolanos, en cuanto a
las Empresas Mixtas creo que desde el punto de vista Jurídico es la posición más
inteligente porque la Sociedad garantiza dirección y control obviamente las
llamadas Asociaciones estratégicas crearon muchos problemas por ejemplo LA
EXXON MOBILE que ataco injustificadamente a nuestra Industria y a nuestro País
poniendo en riesgo nuestro Futuro esos errores simplemente no se pueden volver
a cometer, NECESITAMOS ABRIR LOS MERCADOS para generar más estabilidad veo con
buenos ojos la Venta de Petróleo a China y a la India ,esperando así mismo que
se mantenga la venta de Petróleo a LOS ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMERICA el cuál
ha sido UN SOCIO CONFIABLE desde el punto de Vista Comercial porque los
Americanos pagan bien y puntualmente todo el Petróleo que Venezuela le envía, así
Europa entonces EL PETROLEO ES Y SERA SIEMPRE NUESTRA PALANCA DE DESARROLLO
HASTA QUE DIOS QUIERA, todas estas reflexiones las hago porque nuestros
hermanos Mexicanos que también han recibido la bendición del Petróleo están
preparando una discusión delicada que les puede hacer caer en las manos de las
Empresas Petroleras Internacionales a través del Mecanismo de la Asociación Estratégica
LOS CUAL ES MUY MALO Y PELIGROSO porque esas Empresas actuando independientemente
dentro de la Economía Mexicana pueden distorsionar su Mercado orientando los
negocios según la conveniencia de esa EMPRESAS PETROLERA y poniendo en segundo
plano los Intereses del Noble Pueblo Mexicano siendo así las cosas hacemos
votos porque MEXICO no cometa el Error de hacer Asociaciones estratégicas con éstas
Transnacionales sino que utilice EL MODELO VENEZOLANO DE EMPRESAS MIXTAS que
otorga mayor CONTROL sobre los Socios de explotación, desde aquí deseamos
suerte a nuestro Hermanos Mexicanos y reproducimos noticia publicada en EL
DIARIO DE YUCATAN
http://www.yucatan.com.mx/noticia.asp?cx=9$2900000000$3797458&f=20080417 en
torno a ese mismo tema allá en México para que ustedes analicen y entiendan la situación
que se plantea: "....Se repite el ciclo de nuevo La privatización
petrolera. Por Lorenzo Meyer Antecedentes necesarios. Los clásicos creían que
la historia se movía en ciclos. Por lo que al petróleo mexicano se refiere,
tenían razón. Hoy volvemos a iniciar, con variantes, claro está, el ciclo que
se inició a fines del siglo XIX. Estamos de regreso a los tiempos de don Porfirio.
Lo que hoy se encuentra en el centro de nuestro debate y conflicto político no
es la privatización de la industria petrolera al estilo Teléfonos de México,
eso simplemente ya no es políticamente viable. Lo que está en juego con la
iniciativa de ley presentada por el gobierno el 8 de abril es hasta qué punto
es compatible la ampliación del campo de la inversión privada en la industria
petrolera que desea Felipe Calderón con la letra y, sobre todo, con el espíritu
del artículo 27 constitucional, teniendo en cuenta que ese espíritu nació y se
nutrió del choque de la Revolución Mexicana con las empresas petroleras extranjeras.
En 1916 y con el párrafo IV del artículo 27 de la nueva constitución, el
constituyente de Querétaro decidió retornar al dominio directo de la nación
“los combustibles minerales sólidos; el petróleo y todos los carburos de
hidrógeno, líquidos o gaseosos”. Esa disposición clara y contundente entró en vigor
en 1917 y cimbró los cimientos no sólo de una industria petrolera en expansión,
sino de toda la estructura de la inversión externa en México y, de rebote, la
onda expansiva se dejó sentir en otros países periféricos. La resistencia
externa al cambio fue feroz y la disposición del soberano tardó 22 años en
hacerse realidad mediante la expropiación de toda la industria petrolera en
1938. Esa larga lucha cerró con broche de oro el 9 de noviembre de 1940, pues
fue entonces cuando el texto constitucional se modificó para quedar de esta
manera: “Tratándose del petróleo y de los carburos de hidrógeno sólidos,
líquidos o gaseosos no se expedirán concesiones y la ley reglamentaria
respectiva determinará la forma en que la Nación llevará a cabo las
explotaciones de esos recursos”. Veinte años después, el 20 de enero de 1960,
un nuevo cambio al texto constitucional declaró que, en tratándose del
petróleo: “No se otorgarán concesiones ni contratos, ni subsistirán los que se
hayan otorgado”; esto último fue una reacción contra los cinco “contratos
riesgo” otorgados por Miguel Alemán entre 1949 y 1951 a otras tantas empresas
norteamericana en el primer paso firme de reprivatización petrolera. En el
origen. Para comprender a cabalidad la razón por la cual se ha convertido en
algo tan central en la vida política mexicana la actual propuesta de Felipe
Calderón de reformar el marco legal que rige la explotación de los
hidrocarburos mexicanos, conviene volver la vista al principio, dar un gran
salto temporal hasta llegar al siglo XVI para luego reconstruir el proceso
hasta llegar a la primera privatización y entender lo que implicó. Sólo así se
puede apreciar la magnitud lo que hoy está en juego. Al incorporar España a sus
dominios lo que hoy es México, su interés principal era explotar la riqueza
minera, por ello ésta quedó definida desde el inicio como propiedad del
soberano. El monarca español podía dar en concesión la explotación de esa
riqueza a particulares, pero en principio todo elemento valioso en las entrañas
de la tierra era propiedad de la Corona. Fue por ello que los mineros, al
descubrir y apropiarse de lo que había de valioso en el subsuelo —plata y oro—,
tenían que pagar regalías. Cuando en 1821 México se declaró independiente, lo
que era propiedad de la Corona española —entre otras cosas, las riquezas del
subsuelo— pasó a ser propiedad de la nación. Y esa riqueza incluyó a los “jugos
de la tierra”, es decir, al petróleo, aunque sin gran valor y cuya existencia
se conocían por las chapopoteras. La revolución industrial y el motor de
combustión interna le darían al petróleo un valor hasta entonces impensable. Fue
justo al inicio de la era petrolera a escala mundial, en 1884, cuando el
gobierno de Manuel González, copiando la legislación en boga en los países
industriales —en este caso la francesa—, elaboró una ley minera que en su
artículo décimo fracción IV, declaró que tanto los depósitos de carbón como de
petróleo dejarían de ser propiedad de la nación para serlo de quien fuera el
dueño de la superficie. En el país de entonces el cambio se justificó como una
manera de alentar la producción interna de los nuevos combustibles. Sin
embargo, el código minero de 1892 cambió sutilmente el estatus del petróleo,
pues su artículo cuarto no dijo ya nada en relación con la propiedad del
hidrocarburo y simplemente declaró que se podía explotar sin necesidad de
solicitar una concesión. Esto sirvió de base a la primera ley petrolera: la de
1901.Para el arranque del siglo XX, la importancia económica del petróleo ya
era obvia y las primeras empresas petroleras extranjeras ya habían empezado a
operar en México. En efecto, en diciembre de 1900 Edward Doheny formó la
“Mexican Petroleum Co. of California”. Fue en esas circunstancias que el poder
político decidió inclinar la balanza legal en favor del capital y contra la
propiedad de la nación, y reconoció claramente el derecho del superficiario a
explotar el petróleo en sus terrenos. Por si lo anterior no fuera suficiente,
en 1909, cuando ya era evidente que la actividad petrolera prometía ser una
actividad en ascenso, apareció una legislación que acabó con toda ambigüedad al
especificar que los “criaderos o depósitos de combustibles minerales” eran
“propiedad exclusiva” del superficiario. Esta ley hecha en vísperas de la
Revolución permanecería en contradicción con la Constitución de 1917 hasta
1926, cuando fue remplazada por otra que restringía pero no anulaba los
derechos del superficiario si los había adquiridos antes de 1917, es decir,
cuando las grandes empresas petroleras extranjeras se hicieron de casi todos
sus terrenos. Sólo en marzo de 1938 Lázaro Cárdenas pudo, por fin, acabar con
esa primera privatización, pero por lo que vemos ahora, su triunfo esta en duda.
Legitimidad. Si cuando se inició la privatización del petróleo no se tenía idea
clara de la riqueza mexicana en esta materia, pero al momento en que el
Porfiriato pasó su ley en 1909, ya nadie podía tener duda de la riqueza que la
nación entregaba no sólo a los particulares, sino específicamente a los
extranjeros. En efecto, además de Doheny estaba el empresario inglés Weetman
Pearson, quien desde 1906 había empezado a adquirir terrenos prometedores
además de lograr una exención de impuestos para importar maquinaria y equipo.
Dos años después, cuando se perforó e incendió el pozo “Dos Bocas” y se puso en
acción al “Potrero del Llano”, todo el mundo supo que México era país
petrolero. No fue coincidencia que la poderosa empresa de Pearson, “El Águila”,
naciera justamente cuando se aprobó la ley de 1909.La legitimidad de la cesión
de los derechos de propiedad a los particulares de ese valioso recurso natural
no renovable que es el petróleo, la justificó el orden porfirista con razones
no muy diferentes a las que se aducen hoy: que la modernización del país
requería de las nuevas fuentes de energía y la única forma de descubrirlas y
alentar la producción era dar seguridad jurídica al capital que tenía la
tecnología y el empuje para hacerlo.Algunas conclusiones. El gran técnico que
descubrió los primeros campos petroleros no fue extranjero sino mexicano: el
geólogo Ezequiel Ordóñez y los intereses extranjeros lo usaron de manera
óptima. Para ganar el favor de la clase política, Pearson hizo miembros del
consejo de administración de “El Águila” al hijo de Porfirio Díaz —“Porfirito”—,
al gobernador del Distrito Federal, Guillermo de Landa y Escandón, a Enrique
Creel, a Pablo Macedo y a otros miembros de la oligarquía. En fin, que las
decisiones hechas en nombre del “interés general” escondían la alianza de los
pocos en beneficio de ellos mismos. Es verdad que hubo algunas voces críticas
de ese tipo de relación tan estrecha entre los círculos del poder económico y
político, pero no tuvieron ningún eco y sólo la violencia revolucionaria
destruyó el arreglo oligárquico. Pese a la letra y espíritu de la constitución
de 1917, el petróleo siguió siendo un auténtico enclave; su dinámica estuvo
determinada por las necesidades de las economías centrales y no por la interna
y sin liga de un recurso tan valioso y no renovable con el largo plazo del
desarrollo nacional. La expropiación de 1938 dio a la situación un giro de 180
grados. Y es ese giro lo que hoy está en juego..." Bueno creemos que la situación
del Petróleo Mexicano se aclarará con el paso del tiempo pero es bueno que
estemos atentos a estos acontecimientos porque de una manera u otra afectaran
el Mercado Petrolero Mundial según se tome una Decisión como LA PRIVATIZACIÒN
la cual catalogamos como un error garrafal o las Empresas Mixtas cuyo esquema
es mucho más apropiado para nuestros Países.
¡Cordiales, Saludos!
Dra. Emilia De León Alonso de Andrea
ABOGADO-U.C.A.B.
Dr. Gilberto Antonio Andrea González
ABOGADO-U.C.A.B.
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